jueves, marzo 28, 2024
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«Un viaje de regreso», Cartagena-Barranquilla

*Empresas autorizadas para traslados de pasajeros bajo estrictos protocolos de bioseguridad.

Las dolorosas estadísticas de contagios y muertes por Covid19 en la Región Caribe seguramente serán recordadas durante muchos años por el impacto que causaron entre los familiares de quienes perdieron la batalla contra un enemigo invisible e imbatible, sin embargo, el efecto económico se prolongará en el tiempo y pasará a la historia como la peor de las crisis que haya vivido la humanidad.

Aún con la pandemia en su máximo nivel de riesgo y el miedo invadiendo a los ciudadanos, comienzan a verse los síntomas de reactivación económica en las terminales de transporte de Barranquilla y Cartagena, en donde se autorizan los despachos de vehículos con pasajeros que deben desplazarse bajo estrictas medidas de control y los más severos protocolos de bioseguridad.

En cumplimiento de la labor periodística y tras realizar una diligencia familiar de asistencia humanitaria, tras la muerte de un ser querido, abordamos un vehículo de la empresa Berlinas que presta el servicio entre Cartagena y Barranquilla.

Los protocolos son estrictos y rigurosos. Al llegar a la Terminal de Transporte el personal operativo se concentra en las labores de orientación a los ciudadanos para que se cumplan las medidas de protección personal y distanciamiento físico.

A través de una ventanilla, la persona encargada de verificar la situación del viaje pide los datos del pasajero, quien debe viajar preferiblemente solo y se le entrega el tiquete luego de revisar la documentación, para comprobar si se encuentra o no en el listado de excepciones contemplada por el decreto del Gobierno que dictaminó el aislamiento obligatorio en todo el país.

La empresa Berlinas cumple el protocolo bajo parámetros de trabajo que han obligado a la reubicación de personal administrativo en labores operativas.

Juan Carlos Maza, un empleado administrativo de más de 12 años en la Terminal de Transportes de Cartagena, nos cuenta que pasaron momentos difíciles y que esta reactivación cae como una bendición para las familias que dependen de la actividad en la empresa.

«Acá hubo solo dos casos positivos reportados y afortunadamente cero fallecidos, esto ha significado un cambio muy drástico para todos, el personal  operativo  se redujo y a quienes estábamos en labores administrativas,  con la nueva normalidad nos ha tocado asumir roles que antes no desempeñábamos, en todo caso es muy agradable saber que estamos sirviéndole a la gente,  para que algunos puedan, regresar a casa, otros recuperar familias para unir a quienes por la fuerza de la pandemia debieron separarse», afirma el funcionario con la voz entrecortada.

Los maleteros de la Terminal de Transportes de Cartagena, que antes trabajan en grupos de veinte, bajaron a solo dos operarios por cada turno, porque aún es lenta la normalización de las actividades.

«Nos han dicho que esta crisis se va a prolongar al menos por dos años más, eso preocupa, sin embargo, confiamos en que muy pronto Colombia pueda regresar a la normalidad, toda vez que ya algunas empresas anuncian reapertura de trayectos largos como Cartagena Bogotá, o Barranquilla Bogotá a partir del lunes 24 de agosto».

A los empleados de la Terminal los observamos muy diligentes aplicando las normas de bioseguridad y colaborando para que se mantenga el distanciamiento físico entre los viajeros.

Al abordar el vehículo 897, en el que nos desplazamos a Barranquilla, nuevamente un operario de Berlinas aplica con atomizador el gel antibacterial en las manos de cada una de las personas que se subirá al vehículo colectivo con capacidad para 18 pasajeros, pero que en cumplimiento de los protocolos de rigor solo viaja con 8 personas a bordo más el conductor.

El viaje es absolutamente silencioso, nadie entra en conversación con otra persona y solo se escucha a muy bajo volumen la música suave que lleva en su viaje el conductor para hacer ameno el trayecto.

A la orilla del camino los pueblos lucen tranquilos y aunque se ve gente en las calles todos tiene tapabocas ante el temor al contagio.

La nueva normalidad comienza a mostrar en las carreteras del Caribe cómo va a moverse el mundo a partir de la declaratoria de una pandemia en la que muchos no creen, otros le temen y muchos la respetan.

Ya en Barranquilla, al llegar a casa tras cumplir con los rigurosos protocolos de regreso que implican volver a ser bañado en alcohol y gel antibacterial, me dispongo a abrazar a los seres queridos que no había visto esta semana, eso sí antes de hacerlo me cambié de ropa, me lavé las manos y agradecí a Dios, porque en medio de tanta tragedia aquí estamos vivos para contar esta historia.

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